Sí, se buscan políticos porque aquí ya no quedan. Las generaciones pasan rápido y les gusta cortar con todo lo anterior sin querer asumir todo lo bueno que sus mayores ya aprendieron. Está de moda romper con el pasado, sea bueno o malo. Lo que llena de orgullo a las nuevas castas políticas es imponer sus tesis sin mirar hacia atrás ni valorar lo que pueden llegar a destruir. Esto pasa en cualquier lugar del mundo y con ideologías de derechas y de izquierdas. Es una epidemia.
Además, hay un problema de fondo que es el que ahonda las crisis en unos países más que en otros: la educación.
Hay dos tendencias en la educación: la de aquellos países en los que la excelencia prima por encima de todo y se promueve una buena educación pensando (con acierto) que el éxito de los niños de ahora es el mejor seguro para nuestro propio futuro como ancianos. En estos países prima el esfuerzo, la responsabilidad, el estudio y el respeto a los mayores (padres, educadores, gobernantes…). Hay otros países en los que, por el contrario, la educación se basa en enseñar lo justo y dejar que los niños y adolescentes construyan su propia personalidad sin esfuerzos, sin respeto y sin asumir responsabilidades.
Esto no ha sido ni casual ni puntual. A los gobernantes les interesa que el pueblo sea analfabeto para que no se les cuestione ni se les pida responsabilidades. Es un proceso del que ya estamos sufriendo los resultados.
Se ha ido menoscabando la excelencia de una buena enseñanza y se han aupado a los analfabetos a la cumbre, los idiotas nos inundan y, lo que es peor, incluso nos mandan.