Baños de la Encina, un tesoro escondido a la vista

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Castillo de Baños de la Encina

Hay lugares que te llaman la atención, pero sueles pasar de largo una y otra vez. Vas de viaje hacia el norte o hacia el sur, con fijación por llegar a tu destino, pero pocas veces se te ocurre parar en Jaén, Ciudad Real o Guadalajara para descubrir la infinidad de rincones de interés que atesoran. Ese es, precisamente, un lamento en boca de quienes habitan lugares como este. Hoy los percibimos como lugares de paso, es posible, pero hubo un tiempo en que fueron frontera y, por tanto, tierras de castillos, asentamientos, disputas y grandes hazañas. Baños de la Encina es uno de esos lugares. Está apenas a cuatro minutos de la autovía que une Andalucía con el resto de España, ¿te animas?

Una vez tomas el desvío desde la autovía, y conforme te vas acercando a este pueblo medieval, te impresiona la imponente silueta del castillo de Burgalimar (Bury al-Hamma o castillo de los baños). No solo domina el pueblo, sino todo el paisaje. Se construyó en el año 968 por los omeyas para el califa Al-Hakan II (hijo de Abderramán III). Durante muchos años fue cambiando de manos al ritmo que lo hacían las fronteras de Al-Andalus, donde llegó a tener un protagonismo relevante. Está emplazado en lo alto de un cerro por encima del resto de la población y dispone de 15 torres cuadradas, que configuran un recinto de forma ovalada con una extensión de casi 3000 metros cuadrados. Según cuentan quienes entienden de esto, se trata del conjunto fortificado mejor preservado de las épocas omeya y almohade, al mismo tiempo que es el castillo más antiguo de España.

Entrada al castillo de Baños de la EncinaSu construcción fue tan sencilla y rápida como duradera, con elevados y sólidos muros hechos de tapial (a base de tierra, chinorros de río, cal y agua). Parece ser que hay vestigios de las fortificaciones de un asentamiento de la edad del bronce, incluso un monumento funerario romano… pero hoy es el castillo el que cobra protagonismo. Todo esto y mucho más te lo cuentan con detalle en las visitas guiadas que se realizan diariamente al castillo. Duran unos 45 minutos, en los que te explicarán todas las culturas que han pasado por este recinto y los diferentes usos que se le ha dado. Para la visita, solamente tienes que esperar a las horas indicadas en la misma puerta de acceso o reservar la visita en este enlace. Para abrir el apetito, te aconsejo que des un paseo rodeando el castillo para hacerte una idea de sus dimensiones, a la vez que gozas de unas espléndidas vistas. Eso sí, una vez dentro del recinto es imprescindible subir a la torre del homenaje, la más alta, para disfrutar del panorama, tanto de la propia fortaleza como de los alrededores. Puedes obtener más información en la oficina de turismo del pueblo o haciendo clic aquí.

En Baños de la Encina también hay que dedicar un rato a pasear por el pueblo. Es pequeño, por lo que no te llevará mucho tiempo, pero te permitirá hacer una inmersión en un entorno medieval manchego-andalusí muy singular.

Molino harinero en Baños de la EncinaEntre las cosas que debes ver está el molino de viento. Se trata de un molino harinero de estilo manchego que ha sido restaurado y conserva en su interior la estructura original. No hay que olvidar que esta fue tierra de cereales antes que de olivos.

También hay dos interesantes monumentos religiosos que visitar: la iglesia de San Mateo, en el centro medieval del pueblo. Tiene una sacristía considerada por muchos como una joya del arte sacro, aunque yo no tengo criterio para decir mucho más que eso.

Pero, sin duda, lo que no puedes dejar de ver es la ermita de Jesús del Llano (o del Cristo de la Luz). El templo es sencillo, pero guarda en su interior un auténtico tesoro: un camarín del barroco andaluz del siglo XVII con una decoración policromada labrada en relieve que es sorprendente. Jamás esperarías encontrar algo así… tan fuera de lugar. Es exagerada, con estucos, espejos y rematada por una cúpula mozárabe. Entre su cargada ornamentación hay niños, querubines, ángeles, pájaros, máscaras, flores, santos, vírgenes… Una espléndida obra que por sí sola ya haría que mereciese la pena venir a este rincón jienense. También encontrarás en esta ermita a un guía local que te explicará todos los detalles de su interior y su historia, que no son pocos.

Finalmente, si dispones de tiempo suficiente para hacer senderismo por la zona, te puedes acercar al yacimiento del poblado de Peñalosa. Se trata de un paseo agradable que parte desde la base de la colina del castillo y se hace bordeando el pantano de Rumblar. Son unos 4,5 km de sendero (ida y vuelta).

Peñalosa es un yacimiento arqueológico argárico de la Edad del Bronce (unos 2000 a.C.) que constituyó un importante núcleo metalúrgico donde se explotaban los filones de cobre de Sierra Morena, principalmente azurita y malaquita. Posee una singular arquitectura de casas rectangulares construidas con mampostería de pizarra y dispuestas en terrazas artificiales comunicadas por estrechas calles, algunas de ellas enlosadas.

La verdad es que Baños de la Encina es un municipio que te ofrece mucho más de lo que puedas pensar cada vez que pasas a 120 km/h por la autovía de Andalucía, así que…


icon Comer

En esta ocasión buscábamos una terraza con vistas al castillo y buenas recomendaciones, lo que nos llevó hasta el Hogar del Jubilado, donde comimos magníficamente bien, a un precio muy ajustado y con una atención muy cordial. Allí cobraron justificado protagonismo una carrillada al Pedro Ximénez y un pisto con huevos de codorniz que nos supieron a gloria. Nos habían recomendado un par de sitios más en el pueblo, la Despensa de la Abuela y el hotel restaurante Baños, pero como no los catamos, no os lo puedo contar.


icon Alojamiento

No, en esta ocasión no nos alojamos en el pueblo, pero pudimos ver que tiene un buen número de casas rurales y algún hotel, por lo que si deseas hacer noche en Baños de la Encina, creo que lo vas a tener fácil.


icon Mapas

La opción más rápida y cómoda es en coche. Desde Madrid o desde cualquier punto del sur peninsular, debes tomar la Autovía de Andalucía A-4 hasta la salida 288 hacia Baños de la Encina-Linares, donde enlazarás con la A-6100. Desde ahí ya estarás viendo al fondo el castillo y el pueblo a su lado. Llegarás en apenas cuatro minutos.


icon Galería de fotos

Y, como siempre, si quieres ver más recomendaciones para hacer una escapada, puedes ver aquí nuestro Cuaderno de Viaje. Que lo disfrutes.

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