Cuando yo era niño, tuve ocasión de leer algunos artículos sobre un pueblecito íbero que se llamaba Urci y que parecía ser la antigua ciudad de Almería (la cual, en realidad, nació en el enclave del Portus Magnus romano). Aquello me gustó tanto que durante mucho tiempo incluso soñé con ser arqueólogo y descubrir el inexistente tesoro de los urcitanos. La lógica y el tiempo han hecho finalmente de mí algo distinto, pero el sueño de Urci todavía persiste en mi cabeza. Dicho sea de paso, a fecha de hoy nadie ha dado con las ruinas de aquella próspera ciudad y mucho menos con su tesoro.
Gracias al encargo de un amigo para una revista, hace años hice una pequeña historieta sobre este tema y lo que me salió fue el cómic de «El urcitano». Es un personaje entrañable para el cual me inspiré en mi amigo Santi Rodríguez «el frutero». Un cómic más largo y en color del urcitano está en camino.