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Si no fuera por que me gusta tomarme las cosas con sentido del humor y por que no soy un tipo violento, hubiera cogido y le hubiera prendido fuego a más de uno de los stands que había en el III Salón del Cómic, Manga y Juegos de Estrategia que se celebró a principios de julio en Benalmádena, además del tío del micrófono.
Muy buena feria, sí señor. Un buen número de stands con juegos de estrategia (básicamente warhammers y soldaditos de escala 1:35) donde la gente se afanaba en tratar de entender como era posible hacer una guerra con reglas, medidas, dados y cordialidad entre contendientes.
También había una serie de stands con comics de todo tipo que me sirvió para buscar alguna cosilla de difícil localización en las tiendas habituales. Otra serie de stands más centrados en los Mangas y donde, por cierto, abundaban los jovenzuelos y jovenzuelas ataviados con disfraces que a buen seguro se colocaron en algún sitio secreto para que sus padres no les retiraran la herencia.
Finalmente, había una serie de carpas donde se exponían algunos dibujos de autores y donde se llevaron a cabo las conferencias sobre temas diversos relacionados con el arte de dibujar comics, como hacerse un peinado tipo Hazuki-Kai-Makio o sobre como disfrazarse de Pokemon sin ser visto.
El caso es que esta ha sido la mejor de las tres ediciones celebradas (las dos primeras fueron en el municipio malagueño de Pizarra). Pero, desde luego, el esfuerzo que hay que hacer en próximas ediciones tiene que ser enorme para que esta feria (o salón) se convierta en algo serio y espero que diferente a lo visto.
En primer lugar, aconsejo fervientemente que le quiten el micrófono al organizador y se lo metan por donde no luce el Sol ya que doy fe de que muchos salimos huyendo de aquel lugar por no escuchar a semejante despropósito hablante, que incluso locutaba con faltas de ortografía.
Por otro lado, aconsejo que se haga una feria seria sobre un único tema, el que sea: cómic, manga, juegos de estrategia, disfraces, videoconsolas… pero que no se meta todo en un mismo saco hasta que llegue a parecer una macedonia de frutas a la que nos equivocamos y le echamos sal en vez de azúcar.
Con una mezcla como esa de contenidos y estilos lo único que se consigue es convocar a una espléndida masa de frikis que llenan la feria de disfraces y comportamientos estrafalarios que poco o nada tienen que ver con los comics (que es al menos para lo que yo iba a la feria).
En cualquier caso deseo lo mejor para la próxima edición de esta feria pero, por favor, seamos un poco más serios en la organización y no le demos la oportunidad a cualquier vocero (el del micrófono, vamos) de desperdiciar un lugar como la Costa del Sol para una feria que podría ser magnífica y solo llega a buena.