A veces pienso sinceramente que los políticos (todos) piensan que los ciudadanos de a pie, o sea, los que votamos y no tenemos carné de tal o cual partido, somos tontos del culo. Y hasta es posible que tengan razón.
Resulta que a todos se les llena la boca con planes energéticos grandilocuentes, con manifiestos rimbombantes sobre el clima, con soflamas poéticas sobre las energías renovables. Incluso tratan de convencernos de que ellos, y solo ellos, son los más «verdes» del mundo. Sin embargo, por lo bajini y de tapadillo se encargan de hacer exactamente lo contrario de lo que predican. Esto no es una habilidad innata de los que gobiernan ahora, sino de toda la clase política, lamentablemente.
Desde hace algunos años estamos cerrando centrales nucleares porque son contaminantes y peligrosas. También se están cerrando centrales térmicas que funcionan con carbón por igual motivo. Todos dicen en los medios de comunicación que hay que generar energías limpias, renovables y respetuosas con el entorno. Hasta ahí estamos de acuerdo.
Pero ahora nos enteramos que mientras que eso es lo que se predica, por detrás se dedican a comprar energía sucia a Marruecos, que es el doble de contaminante que la que generamos aquí y, además, libre de los costes del mercado de derechos de emisión de CO2, lo que ya es el colmo del despropósito.
A ver si lo entiendo bien. ¿Nosotros eliminamos centrales productoras de energía en nuestro país con la excusa de querer contaminar menos y al mismo tiempo compramos la misma electricidad, pero mucho más contaminante, fuera de nuestro país? ¿Y nadie dice nada?
Habría que explicar a los políticos que deciden este tipo de cosas que la contaminación producida por el carbón no entiende de fronteras. Los límites entre países los ponemos los humanos, pero el planeta en el que vivimos sigue siendo el mismo, el aire que se contamina llega hasta nosotros de igual forma y el cambio climático no discrimina a la población por el hecho de tener un pasaporte u otro.
En realidad se trata tan solo de una cuestión de hipocresía.
Los detalles que yo pueda explicar sobre este tema relativo a la compra o venta de energías limpias y energías sucias, seguro que estarán cargados con grandes dosis de cabreo, por lo que recomiendo ir a la fuente experta y objetiva de la información. Por ello, os sugiero visitar el blog de Sandbag (ver aquí), una organización sin ánimo de lucro formada por expertos europeos sobre el cambio climático. Desde ahí podéis descargaros el informe 2019 sobre el sector energético europeo (descargar aquí), en el que se explica todo esto claramente y que debería hacer subir los colores a todos nuestros políticos.
Y si los ciudadanos seguimos sin hacer nada al respecto resultará que, además, somos idiotas.